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El presidente de la FAPE, Nemesio Rodríguez, ha incidido en que los medios no deben ser «altavoces de los agresores» y sí «evitar a toda costa causar una segunda victimización de la afectada, agravando su sufrimiento».

El responsable de la FAPE ha confiado en que «se imponga la sensatez» y «no se apueste por el morbo y el espectáculo que tanto daño están haciendo al periodismo».

El código deontológico de la FAPE, ha declarado a EFE, «insta a los periodistas a actuar con ‘especial diligencia’ en los casos de delitos contra la libertad sexual, sobre todo en lo que atañe al respeto al derecho a la intimidad, el honor y la imagen de la víctima».

De la misma opinión es la presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM)Victoria Prego, quien -a título individual- ha declarado que sería «una inmoralidad» que los condenados aparecieran en televisiones «para buscar mayores audiencias». Ahora bien, ha matizado que los cinco condenados por agredir a una joven de 18 años en los Sanfermines de 2016, en libertad provisional desde el pasado viernes, «tienen derecho a expresar sus opiniones».

Por su parte, desde la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI), han subrayado que «la protección de las víctimas y el respeto a las obligaciones de no discriminación e igualdad debe ser el límite deontológico».

Pese a que ninguna televisión ha anunciado que La Manada vaya a aparecer en sus programas y fuentes de Mediaset y Atresmedia han asegurado a EFE que no participarán en ellos, numerosos profesionales de la comunicación se han movilizado para exigir que ese escenario no se produzca.